Visitas hospitalarias en complicaciones médicas de la madre o del bebé
Cuando surge una perdida perinatal, un bebé prematuro, con una malformación, o una enfermedad grave, que conlleva a una hospitalización y separación, es un verdadero traumatismo para el bebé y su familia.
El equipo médico involucrado en cuidados altamente técnicos, puede tender a dedicarse principalmente a los cuidados fisiológicos del cuerpo, sin prestar atención a los riesgos de distorsión en la relación padres-bebe ligado a la hospitalización.
¿Porqué ver a un psicólogo?
Un tiempo de escucha: un momento privilegiado para expresar sus vivencias, dudas, preocupaciones lo más libremente posible.
El psicólogo juega un papel de puente entre el bebé, los papás y los médicos.
El sostén a la parentalidad: es a veces difícil encontrar su lugar como papás en un servicio hospitalario, puede ser útil hablar de su papel único e indispensable cerca de su hijo.
La inclusión de los hermanos: cuando los mayores quieren conocer al recién nacido de la familia, el acompañamiento del psicólogo es importante para prepararlos mejor y permitirles preguntar todo lo que necesitan.
Nos parece que ese dispositivo in situ se inscribe en el ámbito de la prevención perinatal ya que contribuye en evitar la fijación de una situación potencialmente traumática.
Proponemos un acompañamiento psicológico el tiempo de la hospitalización y después, durante el regreso a casa.
Nuestro abordaje de esta situación comprende una visión global del niño en su medio familiar. El acompañamiento a domicilio ayuda a los padres a tener un sentimiento de seguridad, a que evolucione la percepción que tienen de su bebé y que aprendan a confiar en él. El sostén que podemos aportar a los padres en su esfuerzo para adaptarse a este bebé, para entenderlo, para entrar en comunicación con él y para acompañar sus iniciativas motrices y relacionarse, es un factor determinante en la dinámica de su desarrollo.
Se puede considerar también el apoyo de competencias complementarias de equipos pluridisciplinarios si fuese necesario (pediatra, psicomotricista, consultora en lactancia).
La intervención a domicilio se propone:
· En el regreso a casa después de una hospitalización, ya sea del bebé o de de la madre. La llegada del bebé en la casa puede ser un momento difícil aunque el bebé parece estar bien. Los padres pueden sentir aislamiento y soledad sobre todo si ya no hay un equipo médico para contenerlos.
· En caso de que la madre esté muy preocupada en su relación con su bebé y necesitaría observación y contención en su medio ambiente.
· Cuando una madre sufre mucho de ansiedad al salir con su bebé, en los cuidados cotidianos y que se quede aislada sin mostrar interés en acudir a una consulta madre-bebé.
Prevención y tratamiento de la depresión postparto
Los progresos realizados en el ámbito de las consultas madre-bebé permiten afirmar que la depresión materna tiene consecuencias psíquicas sobre el desarrollo del lactante y por ende sobre el niño y su evolución adulta. Se demostró en varios estudios que entre 10% y 20% de las mujeres presentan una depresión con el nacimiento a pesar de que no lo tengan consciente. Los síntomas más comunes asociados con la depresión posparto son: la tristeza, la irritabilidad, la fatiga, el insomnio, la pérdida de apetito y la ansiedad. La mujer que vivió situaciones de estrés y ansiedad durante el embarazo es más propensa a tener depresión post partum.
Emprender una psicoterapia conjunta madre-bebé en la primeras semanas después del nacimiento, mejor aún, durante el embarazo, es importante para prevenir futuros trastornos psíquicos. Pasa también frecuentemente que los síntomas del lactante sean una señal invitando a la consulta. Un bebé hipotónico, un rechazo del alimento o un trastorno del sueño son síntomas de alerta que pueden llevar a pedir ayuda.