Acompañamiento del embarazo y preparación a la llegada del bebé.

Esperar y dar a luz a un hijo es una experiencia compleja que trastoca a la mujer en su cuerpo, en su psiquismo, en sus emociones, y en su identidad. La alegría de esperar a un bebe se mezcla muy a menudo con preocupaciones: estar embarazada es fuente de esperanza, pero también de miedos, aprensiones y a veces de dudas.

El volverse padres implica un recorrido consciente e inconsciente de adaptación y de reorganización interna para una mujer, su pareja y su familia.

A veces incluso surgen síntomas de ansiedad, trastornos del sueño o de la alimentación, y en algunas ocasiones problemas en la pareja.

Son vivencias, por lo general, difíciles de compartir con el entorno y pueden ser al origen de una demanda de ayuda.

Proponemos un acompañamiento psicológico individual y/o de pareja para preparar mejor el rol como padres y el lugar del hijo por nacer.

Apoyo psicológico en las complicaciones del embarazo

El embarazo y el parto confrontan a la madre a une doble tarea psíquica: organizar el pensamiento alrededor del bebé al mismo tiempo que manejar las angustias en contexto de la perinatalidad. En el caso del embarazo de alto riesgo esa tarea se ve complicada cuando implica una hospitalización. En efecto, a veces los padres tienen que asimilar noticias médicas y pronósticos mórbidos. Con la frecuencia de los ultrasonidos, la observación cotidiana del ritmo cardíaco fetal, el reposo forzado de la madre, los cuidados médicos, es decir, la medicalización del embarazo puede ser vivida como una intrusión y generar mucha angustia e impotencia. Cuando el proceso del embarazo está trastocado por riesgos de retraso en el desarrollo intra-uterino, de prematurez o de sufrimiento fetal, es difícil para la madre vivir con serenidad la temporalidad del embarazo y tener la capacidad para pensar la relación a ese hijo fruto de su deseo. Por otro lado, el caso de las parejas que deciden emprender una procreación asistida, suelen pasar por un recorrido muy desgastante físicamente y emocionalmente. No solo tienen que enfrentar el diagnóstico de infertilidad, sino también experimentan mucho estrés al someterse a un tratamiento de fertilidad. La incertidumbre en cuanto a su devenir padres, la presión frente a la espera de resultados positivos puede hacer caer la pareja en una real depresión y ansiedad. Esas situaciones, así como un embarazo inesperado en una situación social y económica precaria o el embarazo en la adolescencia son contextos difíciles por los cuales el acompañamiento psicológico perinatal toma todo su sentido.